Queridos y apreciados terrícolas, queridos y apreciados alienígenas (tampoco vamos a ponernos supremacistas de lo terrestre):
La revista El Tiquismiquis acaba de salir a la luz exactamente hace un rato, a no ser que continúe siendo un secreto o aquella (la luz) se apague*. De momento seguimos al día con las facturas de la susodicha y seguimos vivas (y usamos el plural feminista) y dando la brasa. Qué cojones seguir, acabamos de empezar. Y ya parece que sea bastante en el primerísimo párrafo. Craso error.
Porque a ver, ¿tú te vas a chivar de que El Tiquismiquis ha aparecido y que piensa no sólo contar historias y comentar noticias, sino también narrar hechos y leyendas, explicar vivencias, discutir ideas, exponer opiniones, criticar películas, novelas, series, discutir conceptos filosóficos o filológicos, dar técnicas, consejos, palabras guaysonantes, etc. desde una perspectiva algo peculiar y de una forma entretenida a la par que pretendidamente formativa mientras buscamos la forma de no ahogarnos leyendo en voz alta preguntas demasiado largas? ¿Se te va a escapar que igual aquí se puede invertir un tiempo pasándotelo bien? En definitiva, ¿Piensas soltar por ahí que en El Tiquismiquis se va a publicar cualquier cosa que sus autoras hayan decidido en asamblea que es publicable? Pues muy mal hecho, si no te chivas tú lo hará otro, como ya dice la ley de Sir Theodore Nicholas Thurman, que expone en su Teoría de la evolución: la supervivencia del más gilipollas, que la capacidad de hacer lo que sea que quieras es directamente proporcional a que lo hagas e inversamente proporcional a que no lo hagas. No quisiera ir de listo, pero ya deberías haber leído algo al respecto. Pero tranqui, que para eso estamos. De momento recuerda que un vaso es un vaso y un plato es un plato y que tan sabia y sesuda frase resume toda la ciencia y el saber de la humanidad, de abajo a arriba y de izquierda a derecha.
Esto en sí de la primera entrada de El Tiquismiquis ya debería ser una noticia digna de ser mencionada en revistas de prestigio (no nos metemos en si alto o bajo) tales como El Tiquismiquis, de no ser por el hecho de que revistas como El Tiquismiquis deben quedar permanentemente fuera del alcance de gente como tú, es decir, gente que se atreve a leer El Tiquismiquis. Peña preparadísima para leer cosas de estas y sacarle el máximo jugo, letra a letra y cacho a gacho a lo que se ponga, y aprender algo nuevo cada día, noche o intervalo de vigilia y letargo, mientras al mismo tiempo se divierte abriendo unos ojos como platos y exclamando constantemente: WHAT THE FUCK? WHAT THE FUCK? WHAT THE FUCK? a cada línea que lea (o palabra, frase, sintagma, morfema, grafema e incluso letra).
Por cierto que con esto del watefuk watefuk tenemos material para rap digno de ser probado por gente como tú, futuro ilustre y famoso rapero que vas a salir a darlo todo y a subir un vídeo a YouTube que ganará miles (qué digo miles, millones) de vistas y likes. Y sólo diciendo watdefak watdefak como un niñe malote hasta que AuronPlay haga el resto y acabes diciendo cosas tales como que de tu henbidia nase mi famah y otras chorradas por el estilo.
En El Tiquismiquis somos expertas en irnos por las ramas, pero siempre reencontramos el norte y seguimos una línea argumental sólida aunque no lo parezca. Hablábamos de presentar la revista y la estamos presentando. Y si no te gusta entonces de tu envidia nase mi fama.
Debido a pequeños problemas de logística (la redacción de El Tiquismiquis todavía no ha aprendido a predecir el futuro, como algunos jefes esperan) rogamos que se muestren a la espera, oh estimados terrícolas de mierda, hasta ver si el presente blog prospera. No albergamos demasiadas esperanzas de que no prospere, pues puede ocurrir y ocurrirá cualquier cosa debido a que es otro de esos terrícolas de mierda quien gestiona no sólo este blog, sino también al equipo redactor (también formado por terrícolas), al corrector (casualmente otro terrícola) y a los muchachos de la limpieza que luego deben ir a hacer de pornochachas en otro local (en su mayoría frecuentado por terrícolas). Asimismo es el mismo susodicho sujeto quien encima ha realizado ciertos recortes en el presupuesto dejando de este modo de contratar a los correctores especializados en recortar frases inaceptablemente largas con multitud de adverbios terminados en -mente.
Los temas a tratar en los diversos números de la revista pueden ser tan amplios y extensos como variados. Que a lo mejor elegimos hablar todo el tiempo de lo mismo, pero si es así no he faltado a mi palabra porque, efectivamente, el número de temas será tan amplio como variado. Como dijo un sabio**: el tiempo lo dirá. Planeamos meternos en muchas cosas reales y ficticias (o mitad y mitad) al mismo tiempo, pero no será (solamente) un blog sobre libros o novelas, ni sobre películas ni sobre vivencias personales ni consejos. El equipo está proponiéndose de momento un blog en el que su peculiar manera de explicar las cosas prevalezca sobre el contenido y este a su vez sobre su peculiar manera de contar las cosas.
De momento vamos a probar a ver qué tal sale con una primera entrada de presentación que esperamos haya sido transparente en cuanto a su esencia y que muestra el espíritu de este nuestro primer artículo, que busca ser entretenido y formativo a la par que atarco pero tampoco mucho porque es el primero. De una tirada de uno por diez elevado a infinito que proyectamos sea a artículo diario, a no ser que me canse o se me agoten los temas o me vaya de vacaciones y ahí os quedéis, o que repentina y casualmente me contraten de guardaespaldas para la ilustre Lady Gaga (el trabajo de mis sueños). Si la cosa no furula, pues (lo de hacerle de gorila a Lady Gaga) haremos los uno por diez elevado a infinito menos uno artículos siguientes. Pero, como ya se ha dicho, no puedo predecir el futuro, amén.
Vale.
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FE DE HISTERISCOS
*siempre me quedará la que desprendo yo por mí misma
**un sabio que quiso escurrir el bulto cuando le preguntaron y no supo la respuesta, igual que el viejo, ilustre, venerable Sócrates al decir yo sólo sé que no sé nada y quedarse tan ancho porque encima a su manera tenía mucha razón. También el maestro de Leonardo da Vinci (o de Donatello, o de Michellangelo, o de alguna otra Tortuga Ninja) pecó de ser demasiado listo para ser listo. Y respondía a su discípulo cada vez que este le preguntaba algo que él no sabia: ¿Y tú qué crees?
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