No nos andaremos con rodeos esta vez, estimadas criaturas demoníacas de la noche barcelonesa o de la ciudad en donde residáis. Los rodeos son una cosa muy mala y poco pertinente cuando hay que ir al grano debido a, o a causa de, o con motivo de cosas que pasan. Cosas alarmantes.
Nos dirigimos muy especialmente a las criaturas demoníacas de la noche barcelonesa (aunque poco importa, pues la amenaza más abajo descrita bien podría desplazarse a otros ecosistemas en el futuro cercano o lejano) porque es allí donde ha establecido su centro de operaciones y territorio de actividades el temido Bokerón, más conocido como Er Bokerón.
Poco se sabe acerca de este espécimen salvo que, amparándose en la efectiva tapadera de haber hecho como tantas otras generaciones de andaluces que emigraron al Principat, se ha metido en dicho territorio con intenciones mucho más aviesas que venir a trabajar o formar una familia. Que no sabemos cuáles son, y eso es motivo más que suficiente para hacerse la olla sin base científica o argumento objetivo de peso.
No obstante, fuentes fidedignas cercanas a El Tiquismiquis* (las mismas fuentes que afirman que vivimos en manos de un orden mundial zarandeado por una Guerra Fría secreta entre los anunakis y los reptilianos) aseguran haber avistado en la vida real —y especialmente en la noche barcelonesa de los fines de semana— a un especímen cuyos rasgos físicos y psíquicos concuerdan con los del mismísimo Bokerón, más conocido como Er Bokerón (del cual no hablan los medios de desinformación de masas ni la prensa seria para no desatar el pánico general en la población).
¿Que qué nos mueve a nosotros en El Tiquismiquis a hablar de ese sujeto y de todo lo que puede pasar si os lo encontráis? Qué fácil es preguntar, cómo se nota que nunca os lo habéis encontrado**. Pues responderemos a la pregunta: sólo la voluntad de estar al pie del cañón para cubrir un nicho informativo, sólo el sentido del deber que caracteriza al periodista de buena raza que trabaja contra viento y marea en pro de un mundo mejor, sólo la perseverancia del que sabe que si no alerta a los demás del peligro que corren no podrá dormir tranquilo; sólo el tesón de dar voz a la sinvoz, NO NOS CALLARÁN***
Er Bokerón se caracteriza por ofrecer la imagen de un chico amable . Nada más alejado de la realidad. Parece buen chico, pero en realidad es más malo que un bistec de siete céntimos. O en palabras suyas, más malo que un bocao en la polla.
Entre sus muchos crímenes está sin duda el de dejar porros a medio fumar en sitios estratégicos tales como junturas entre ladrillos para volver más tarde a terminárselos. Cuántas desgraciadas han acabado en el hospital no pudiendo resistir la tentación de dar una calada a uno de ellos. Pero claro, no sabían a qué se exponían, pues la mierda que se fuma Er Boke sólo se la puede fumar Er Boke.
No podemos pasar por alto una de sus mayores gestas. Una hazaña que ostenta el dudoso honor de haber logrado amasar una fortuna con el contrabando de chicles mascados haciéndolos pasar por ese nuevo producto que hace furor en las tiendas y que los niños llaman Slime. Producto que ya ha sido condenado reiteradas veces por la OMS pero que sigue en el mercado y en la circulación debido a hilos movidos desde puestos de importancia por parte de diversos agentes y actores sociales y políticos que nuestros observadores tiquismiqueros de El Tiquismiquis apuntan que son en verdad anunakis disfrazados.
Entre sus muchos crímenes está sin duda el de dejar porros a medio fumar en sitios estratégicos tales como junturas entre ladrillos para volver más tarde a terminárselos. Cuántas desgraciadas han acabado en el hospital no pudiendo resistir la tentación de dar una calada a uno de ellos. Pero claro, no sabían a qué se exponían, pues la mierda que se fuma Er Boke sólo se la puede fumar Er Boke.
No podemos pasar por alto una de sus mayores gestas. Una hazaña que ostenta el dudoso honor de haber logrado amasar una fortuna con el contrabando de chicles mascados haciéndolos pasar por ese nuevo producto que hace furor en las tiendas y que los niños llaman Slime. Producto que ya ha sido condenado reiteradas veces por la OMS pero que sigue en el mercado y en la circulación debido a hilos movidos desde puestos de importancia por parte de diversos agentes y actores sociales y políticos que nuestros observadores tiquismiqueros de El Tiquismiquis apuntan que son en verdad anunakis disfrazados.
El mismo Bokerón dicen las malas lenguas que puede ser en realidad un anunaki disfrazado.
Sólo eso explica su capacidad de resiliencia para sobrevivir con tenacidad ante los aspectos más lóbregos y oscuros de la vida sin achantarse. Por mucho que según palabras suyas eso se deba a que tiene la sangre caliente por ser andaluz.
Por lo tanto cuidado... ¡Cuidado con El Bokerón! ¡Que está detrás de ti!
Sólo eso explica su capacidad de resiliencia para sobrevivir con tenacidad ante los aspectos más lóbregos y oscuros de la vida sin achantarse. Por mucho que según palabras suyas eso se deba a que tiene la sangre caliente por ser andaluz.
Por lo tanto cuidado... ¡Cuidado con El Bokerón! ¡Que está detrás de ti!
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FE DE RATAS HISTÉRICAS Y ASTERISCOS BARATOS
*puede que el nombre de la revista (El Tiquismiquis) sufra una modificación en el futuro próximo o lejano (a causa de la mencionada guerra fría entre anunakis y reptilianos y sus pactos de cara a un nuevo orden mundial) para dejar paso a un nuevo nombre que los expertos ya barajan como El Blog De Las Chorradas. Igual así los números publicados llegarían a más gente o, por lo menos, el título no daría lugar a dudas.
**podría estar en cualquier sitio; podría vivir en tu barrio; podría estar incluso detrás de ti, ¿notas su cálido aliento en la nuca? pues no te gires...
***huy, espera, que esto era para otro artículo...; aprovechamos la confusión para lamentar que, si El Tiquismiquis tuviera una tirada mayor, podríamos poner sobre aviso a más gente de estas y otras cuestiones importantes; de todas formas no les hace falta callarnos, menuda panda de vagos que tenemos en la redacción...
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