Hola, tiquismiqueras. Pasamos rápido la presentación de hoy porque resulta que hoy hay cómic (como en aquel otro célebre número de http://revistaeltiquismiquis.blogspot.com/2018/05/el-palomo-gilipollas.html ) así que simplemente diremos hola, tiquismiqueras.
Os pasamos, eso sí, la última canción subida por Ego Revenio,
y sin más dilación os dejamos para vuestra deleitación y deleite una historia muy original . . .
El Tiquismiquis presenta . . .
con la colaboración de
EGO REVENIO
un historia para casi todos los públicos
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— EN UN FUTURO NO MUY LEJANO —
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Es el año 2014. He conseguido un nuevo trabajo que consiste en no hacer nada en especial (mira, tú, como los políticos) y que me cunde mogollón . . . y os preguntaréis a santo de qué hay por ahí trabajos donde no hay que hacer nada en especial; pero es que estamos en el año 2024, y mi trabajo consiste en algo muy pero que muy difícil . . .
Un trabajo donde todo el mundo me da lo que necesito cuando lo necesito, pues mi trabajo consiste en algo muy especial
Si quiero puedo irme al lavabo toooodo el tiempo que quiera... ¿quién se opondría, teniendo en cuenta lo extraordinario de lo que hago?
La pega es que deben supervisarme un policía y un notario
. . . pero como me pagan cien mil euros por hora no me importa (con eso no te da para el alquiler en 2024, pero puedes comer tres veces al día)
Además de ganar cien mil euros la hora me dan todo lo que necesito para distraerme; y eso es lo único que tengo que hacer, en eso consiste todo mi trabajo. ¡La gente está loca!
Otra pega de este curro que acaba de salirme es que los medios de manipulación de masas me persiguen; ignoro las causas, pero salgo en streaming y hasta en la tele . . . me parece que hay algo que no estoy haciendo bien . . . o eso o el mundo es más gili de lo que pensaba, que ya es decir
Gano tanto porque la gente paga entrada por venir a verme. Y el precio no es pequeño que digamos . . . no sois las únicas que os preguntáis por qué . . . yo a veces también le doy tantas vueltas al asunto que me cuesta conciliar el sueño por la noche . . .
Sigo preguntándome qué tiene de especial lo que hago. Pero, tristemente, es algo tan sumamente raro que se llena todo el local. Las gradas alcanzan tal lleno que los de la empresa (que saca de esto no sé cuántas veces más pasta que yo) están pensando en alquilar el Palau Sant Jordi para las próximas exhibiciones. ¿Pero cómo puede ser que tanta gente pague tantísimo por ver a un tío leer un periódico?
Hay otra pega en este trabajo tan raro; la gente me mira como si fuera un aborto de la naturaleza o un dios del Olimpo, que no sé qué es peor; ¿Y por qué lo hacen, os preguntaréis, si lo único que hago es hacer el vago? A mí me da igual; yo me distraigo dándole a la pala y mirando los jetos que ponen; y además con lo que cobro no me importa; ellos sabrán qué hacen con su dinero...
¡Si hasta me pagan el papeo! ¿Qué tendrá de especial lo que hago, señor? ¿Qué tendrá? Mmmmmm... ramen con seitán...
hasta que al final me caliento, decido que ya es hora de irse, y agarro y me voy, porque en este trabajo puedo irme cuando me dé la gana
sólo tengo que tener cuidado de quedarme un poquito más de rato que el día anterior, pero no tanto como para no guardar un margen para seguir saliendo cada día más tarde (esto es lo único en lo que coincide con un trabajo normal); todo ello para que siga la fiesta y continúen aflojando la mosca y prometiendo salarios cada vez más altos, con la esperanza de que siga deleitándoles con récords más y más altos; si sigo así podré comprarme un patinete magnético
finalmente llega el momento del papeleo; lo más parecido a trabajar que hago en todo el día; y encima tengo que aguantar pesados
Este en concreto me admira por no sé qué; pero es un gilipollas infumable
Creo que me admira por una cosa que es muy fácil pero que ya nadie sabe hacer en todo el mundo excepto yo
Al final se me va a subir a la cabeza de tanto recibir muestras de admiración de todo el mundo; y pensaré que es lógico que todo dios me admire, pero de momento lucho por mantener la cordura, bajar de las nubes y pensar que soy un ser humano normal que no hace nada que merezca ningún honor
Pero entonces llego a casa y me pongo a leer el periódico de más prestigio que hay en el país; y como ocurre en el final de 1984 (en esta época tienes que especificar que te refieres a una novela) al final me dejo vencer por la presión social como hace Winston Smith; sí, soy un tío grande; sí, lo que yo hago nadie más que yo lo puede hacer; sí, soy más fuerte que el supersaiyajin legendario
- FIN -
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